Johan
Stiven Candelo Burgos
La
duda ha sido discriminada en la interpretación del conocimiento, pues aunque en
un modelo pedagógico “desarrollista” y “constructivista”, como el postmoderno,
intenta fortalecer el pensamiento propio a traves de la empiria, solo es una
idea utópica, ejemplificada en la reglamentación esencial de la calificación y
la categorización de los estudiantes como inteligentes y los mal llamados
“problemas de aprendizaje” (la aclaración cabe en el contexto de la normalidad
físico-neuronal).
Sabios,
escritores, músicos….han empezado desde la pregunta a reconocer su
intelectualidad, mostrada en la teoría de la ignorancia de “platón”, y algunos
verdaderos pedagogos vivientes que en realidad cumplen la labor de sembrar duda
y aceptar como lo decía una psicóloga antioqueña en su texto el maestro ideal
“que no se las saben todas”.
Es
más si así fuera ninguna ciencia, ni experimento, ni teoría, defiende la idea
del conocimiento innato, sino ¿para que la pedagogía?
La
cogntividad verdadera radica en la interpretación del medio como duda humana,
buscando por medio de la teorización, o el error, una respuesta que complazca
sus expectativas sensorio-perceptivas.
Pero
entonces entramos a un campo un poco más complicado, la realidad, la
subjetividad, que es un punto de partida para el desarrollo y potencialización del conocimiento, pues en un aula de clases o
liceo educacional no hay alumnos (alumnis) sino universos con interpretaciones
de una verdad física, y valga resaltar ninguna más apropiada o más correcta que
la anterior.
Y
aunque en todo lugar se hable de resaltar la pluralidad, el desarrollo del
individuo como ser único, cuando se encuentra un hombre que piensa diferente,
¿Qué ocurre? Tal vez la respuesta este en la historia del mundo y sus
particularidades, (Nietzsche, Jesús, Herbat).
Y
quienes se preguntan cosas para algunos absurdas, creando respuestas más
absurdas, son catalogados como locos, soñadores, quijotes o peor amenazas para
la sociedad, pero en realidad estos “raros” siempre son y serán más
inteligentes que la comunidad de adoradores del costumbrismo dogmatico
cotidiano.
O
quien no por obligación estudiantil, se ha preguntado a cuanta distancia de la
tierra está la luna, o un interrogante más cotidiano que está en el texto “el
zahir” de Coelho, porque las vías del tren se encuentran separadas y por
cuantos cm.
Y
seamos sinceros cuantas noches vemos o regalamos la luna; y los que vivimos en
ciudades con trenes o metros, utilizándolos de manera seguida hemos observado
con curiosidad uno de estos fenómenos cotidianos, pues no me incluyo en ese
listado.
Hablemos
ahora de música, cuantos creemos saber todo lo posible de nuestro artista
musical favorito, pero hemos analizado de manera reflexiva sus canciones
intentando interpretar su letra.
Pues
la solución es simple preguntemos, como niños de 5 años el ¿Por qué? ¿Qué?
¿Para qué?... de todo ignorando la categoría de fastidiosos y sobre todo
evitando la respuesta odiosa del porque si.
La
experiencia en realidad brinda un análisis del contexto, siendo este el
verdadero formador del genio, pues que persona se ha vuelto autodidacta, de lo
que nunca ha vivido o escuchado hablar,
mostrado en quien se sabe en el territorio antioqueño aparte de los que cumplen
la categoría anterior, las costumbres de la india.
Y
para finalizar busquen saber lo que quieren saber, porque no hay nada mas
riesgoso que querer aprender algo que solo produce rabio, fastidio y repulsión,
sino que sería de un medico que odia la sangre, o de un ministro que odie al
pueblo.
“todos
somos iguales lo que nos hace distintos es la forma en la que encaminamos
nuestra igualdad”.
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