domingo, 22 de julio de 2012

CARTA DEL SOLILOQUIO SIN VOZ. Esta vez escribiré como un dialogo entre mi odio y mi ser, pues como no detestar la indolencia, ante los actos que influyen en la corrupción de verdades; la pregunta que no encontrare resolver, solo flagelar hasta el cansancio en esta ocasión será más rutinaria que los trascendentales cuestionamientos científicos acostumbrados, pero igual de complicadas en sus metafísicas: ¿Cómo encontrar personas dispuestas a un cambio en la facilidad que ocupa la comunidad de las cosas? Pues esta comunidad influye en la educación de entes que por la simple acción de vivir en un mundo de situaciones evidentemente aisladas, no piensan la ultra existencia como la secuencia vivencial de cada acto, en otras palabras la ley de Newton “ACCIÒN REACCIÒN”: Si observamos la metodología de Acciones pedagógicas en un contexto global, me surge la pregunta ¿Cómo posibilitan el pensamiento? No totalizando, pero en este sistema de locuras no cabe más que acoplar nuestra conciencia a la conciencia de un sujeto inconsciente, inmoral a un hombre sin lógica-sensible. Pero tal vez este caos no es más que lo superfluo de esta profundidad, que se hunde con los tentáculos del kraken llamado “¡OLVIDO!”, por la insania necesidad de aceptación. Pero como siempre encontremos algo bueno, la masificación de una costumbre cuando esta adquiere el mínimo de conciencia, o la agrupación de islas humanas en pro de un plan de acción para el cambio del paradigma existencial, que se fortalece con el campo de la acción que realiza el Status Cuo. Por esto la única vía de cambio será la esperanza del orden de este caos, el piso de este suelo contaminado, el verbo y la coherencia de las palabras aparentemente dispersas, la luz en la neblina. Todo esto se resume en encontrar la soga para salir del pozo incesante del tiempo perdido.
LA IMPORTANCIA DE HERIR LA SENSIBILIDAD DEL EDUCANDO PARA INCENTIVAR LA RESPONSABILIDAD DE APRENDER. Los docentes, cometemos un error esencial en el parto de la idea, cuya madre siempre sufrirá los dolores llamados “interés y sensibilidad”. Y es considerar al niño una tabula raza, ejemplificado en el termino Alumno (A-sin LUMNI-luz). Y el otro aun más grave es temer agravar esos dolores, eludiendo la crueldad de lastimar esos sufrimientos, pero si no lo hacemos entonces como sacaremos ese ente a la vida, para contribuir en la sociedad que lo necesita, más que al docente con sus anticuadas comprensiones de la existencia. Si no, como le daremos al joven educando las armas para dominar, con una mirada a ese ser malicioso y perverso que es el texto. Sin mencionar la espada para enfrentarse en el combate que se libra día a día en el coliseo de lucha llamado ambiente. Pero la pregunta es ¿cómo dotarlo de estas cualidades, sin caer en el riesgo de dañarlo tanto, que no se vuelva atrever a pensar? El aula es en realidad la mayor guerra entre dos personas sin un arma de fuego, pero la actitud daña más que una bala o una navaja. Y la dialéctica incentivadora, con el viejo método de la “palmadita en la espalda”, la duda fundamentada como reto desafiante en el ambiente personal del individuo, es en verdad lo que nos lleva a estudiar. La vida es un reto constante, el amor, el caminar, el comer hasta el respirar, pero aun así el reto más evitado, siempre será la contextualización de la idea, pues quien quiere lidiar con un infante remilgado, sabelotodo, que solo quiere romper las normas de su progenitor, y así hacer lo que le venga en gana. Pero ese desafío ha convertido al hombre, en un ser pensante, que crea todo lo que está alrededor suyo, con el fin de cubrir lo que cree necesario. Y la verdadera razón del estudiante de no aprender, es la cobardía, de librar una batalla campal con eso que cree y lo que piensa, pues lo que cree es un tigre y lo que piensa un burro amarrado con las cadenas del maestro; que no brinda la duda sino el acostumbrado sermón de misa, que enseña a sumar, sin ofrecer la oportunidad de aprender. Pero si un educador suelta el burro, y le brinda una espuela filosa como el verbo “comprender”, este animal al principio indefenso, devorara a la fiera, transmutándose en una quimera llena de compasión y función lógica, al servicio de la sociedad o de lo moralmente personal.
CARTA ABIERTA #1 Esta carta empezara sin título, sin destinatario, por el simple hecho que nadie la leerá por más interesante que esta sea, el sentido no es más que encontrar una forma de explicar, ¿Porqué los intelectuales se restringen a un aislamiento moral? Y la respuesta es quizás es una mezcla de lingüística critica como de visión tan idílica que cabe en la arrogancia del soñar, miremos que cada intelectual prefiere el aleteo de un ave con sus ritmos sistemáticos a la visión de un espectáculo callejero de canes luchando a la muerte, los sonidos del viento a los bullicios de la ciudad, el olor a café en la mañana a la flatulencia de un aguardiente en la noche. Entre otras mil predilecciones que premian ante lo rutinario, el ser que posee conciencia es un ser proactivo, que se preocupa y ocupa, mientras el mundo se sienta estacionario a hablar y quedarse en la crítica, él o ella en su mente planea miles de probabilidades para cambiar el bombillo de la habilitación que nadie ocupa. Y por esto el mundo empieza a notar que se moviliza estático un universo evolutivo, atacándolo con aquello que vence al guerrero más fuerte, el irreconocimiento de sus conceptos en la verdad o falseando su propia ética, recuerdo que toda verdad pasa por tres fases: Es ridiculizada, es agredida, es aceptada Yo pensaría que las verdades de aquellos que piensan solo se quedan en la agresión pues son tan raras que afectan lo establecido por los estúpidos. Que son tantos que pueden acabar al mundo de los sabios. Lo cual explica el por qué si no se encuentra un alma en transmutación en este universo retrogrado, se atan a la imaginación romántica de sus lecturas, pero si se encuentra a esos o esas personas que escuchan, hablan, entienden o interactúan con sus locuras; se canaliza la energía e información en el bien de un objetivo social. He aquí la propuesta al intelectual de hoy, encontrar el receptor activo, aun de tu silencio, pues sin el caes en el dolor que causo y causa el malestar del ser. O como diría Nietzsche el humano más humano.