ASÍ EN
EL DESEO COMO EN EL CIELO.
El deseo es quizás
la mejor muestra de perfección que se establece en la mente de un ser
existente, pero muchas veces el solo deseo se convierte en la idea del sueño
llamado “cielo”, en todos sus conceptos.
Para alcanzar ese
deseo, hay que morir y sufrir en el cuerpo y aun más en el alma, entre mas se
sufra mas cerca se esta, pero lo cruel es que para conocerlo se vuelve
necesario morir, lo cual en la reflexión perversa, no de deja que definir el
deseo en esta parte como: “la estúpida necesidad de anhelar”.
Después surge el
paraíso que no es mas que la descripción física de el supuesto cielo, lo que no
es mas que la quietud, pues si es todo perfecto cual es el sentido de
superación en este sitio, la perfección no es mas que la mediocridad disfrazada
de sabiduría, pus no hay mas que hacer, ni mucho menos que aprender, si todo ya
esta, pero el infierno como diría Mario Mendoza “es el mundo”, entonces que nos
queda, pues si la voluntad ya se hizo en el cielo, y la esperanza por
obligación se queda en las puertas del infierno.
¿qué nos queda?
Pues aunque tiende a sonar contradictorio con el párrafo primero, no nos queda
mas que ser estúpidos y anhelar, pero anhelar desde el argumento de hablar y
actuar, fuera de nuestra comodidad, observando el infierno desde el infierno y
fuera del infierno, calculando el cambo para elevar nunca al cielo pero si al
sendero de la búsqueda a este mundo, suena difícil, pues el mundo no quiere
buscar.
Pero el mundo
tampoco merece estar estancado en su supuesta idea, la verdad es mas fácil de
lo que se escucha, el cambio esta en la reconstrucción de las ideas absurdas y
el retorno a las ideas, reales.
El cambio es el
deseo de encontrarme a Dios y no encontrarme la religión, el cambio no es mas
que ver y hacer mas allá de lo que mi cuerpo esta acostumbrado.
Pero quien lo
hará e allí, la verdadera idea deseada,
la cual no han perdido los niños y las niñas, mientras no encuentren al maestro
castrador, y la inocencia que ocultados por miedo al daño colateral que da el
mundo a nuestro ser…
“Desear
es retomar la mente infantil y volverla el deseo del cielo”.
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