jueves, 11 de octubre de 2012

ASÍ EN EL DESEO COMO EN EL CIELO.


ASÍ EN EL DESEO COMO EN EL CIELO.

El deseo es quizás la mejor muestra de perfección que se establece en la mente de un ser existente, pero muchas veces el solo deseo se convierte en la idea del sueño llamado “cielo”, en todos sus conceptos.

Para alcanzar ese deseo, hay que morir y sufrir en el cuerpo y aun más en el alma, entre mas se sufra mas cerca se esta, pero lo cruel es que para conocerlo se vuelve necesario morir, lo cual en la reflexión perversa, no de deja que definir el deseo en esta parte como: “la estúpida necesidad de anhelar”.

Después surge el paraíso que no es mas que la descripción física de el supuesto cielo, lo que no es mas que la quietud, pues si es todo perfecto cual es el sentido de superación en este sitio, la perfección no es mas que la mediocridad disfrazada de sabiduría, pus no hay mas que hacer, ni mucho menos que aprender, si todo ya esta, pero el infierno como diría Mario Mendoza “es el mundo”, entonces que nos queda, pues si la voluntad ya se hizo en el cielo, y la esperanza por obligación se queda en las puertas del infierno.

¿qué nos queda? Pues aunque tiende a sonar contradictorio con el párrafo primero, no nos queda mas que ser estúpidos y anhelar, pero anhelar desde el argumento de hablar y actuar, fuera de nuestra comodidad, observando el infierno desde el infierno y fuera del infierno, calculando el cambo para elevar nunca al cielo pero si al sendero de la búsqueda a este mundo, suena difícil, pues el mundo no quiere buscar.

Pero el mundo tampoco merece estar estancado en su supuesta idea, la verdad es mas fácil de lo que se escucha, el cambio esta en la reconstrucción de las ideas absurdas y el retorno a las ideas, reales.

El cambio es el deseo de encontrarme a Dios y no encontrarme la religión, el cambio no es mas que ver y hacer mas allá de lo que mi cuerpo esta acostumbrado.

Pero quien lo hará  e allí, la verdadera idea deseada, la cual no han perdido los niños y las niñas, mientras no encuentren al maestro castrador, y la inocencia que ocultados por miedo al daño colateral que da el mundo a nuestro ser…

“Desear es retomar la mente infantil y volverla el deseo del cielo”.


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